viernes, 29 de junio de 2012

Crisis posvacacional en la pareja

Ya estamos en verano, época de vacaciones, descanso y relax. Precisamente todo lo contrario a lo que sobrellevamos el resto del año. Durante el resto de las estaciones nos dedicamos a trabajar y a vivir el día a día rutinario, sin darnos cuenta del poco tiempo que pasamos con nuestros seres queridos, incluida nuestra pareja.
Algunos se ven apenas unas horas al día, o incluso solo por la noche, cuando van a dormir. Por eso, tras unas largas vacaciones donde se conviven las 24 horas del día, afloran muchos conflictos que durante la vida cotidiana no llegan a irrumpir, por falta de tiempo, o por cansancio.
Por eso, y las estadísticas lo demuestran, después del verano es la época en la que se tramitan más separaciones y divorcio y hay más rupturas de pareja en general. Parece contradictorio que en los días donde hay tiempo para relajarse, quererse e incluso disfrutar de una forma más pausada de las relaciones sexuales ocurran estos hechos.

¿Por qué las esperadas vacaciones pueden convertirse en una pesadilla para la pareja?

No es algo que se comente simplemente. Las cifras hablan por sí solas, y los psicólogos apuntan a razones concretas.
Según los especialistas muchas parejas se idealizan durante el año porque no pueden disfrutar (o sufrirse) lo suficiente. Crean unas expectativas muy altas el uno del otro, y también de los días que van a pasar juntos disfrutando del tiempo libre, del relax y del descanso laboral. Cuando llega el momento, todo sabe a poco. Alguno de los miembros que esperaba más afecto de lo normal no lo recibe; el humor y el ánimo se presentan de la misma manera que otros días; la relaciones sexuales no mejoran; y sobre todo, tenemos 24 horas del día para observar y analizar los defectos de la pareja.
Y es que el verano es la época propicia para que se cumplan muchos factores que pueden empujar a tomar la decisión de concluir una ruptura, separación o divorcio:
  • La infidelidad: el verano es la temporada alta de los infieles. Si las vacaciones de la pareja no coinciden se pasa mucho tiempo solo o con los amigos. Hasta ahora las infidelidades veraniegas eran cometidas casi siempre por los hombres, y aquí en España se le llegó a poner el nombre de “Síndrome de los Rodríguez”, sin embargo, las mujeres están ganando cada vez más terreno en este aspecto. El problema de la infidelidad en verano también puede darse por descubrimiento. Puede que la infidelidad se haya cometido en otra época, y al pasar más tiempo juntos, hacerse más preguntas e incluso analizar más ciertas situaciones, puede darse el caso de que se destape alguna que otra “canita al aire”. Evidentemente el culpable de la infidelidad no es ni mucho menos el verano o las vacaciones. Cuando un hecho tan importante ocurre dentro de la pareja, es recomendarse sentarse y analizar tranquilamente qué es lo que está ocurriendo en la misma. ¿Hay falta de comunicación? ¿Me falta algo? ¿Necesito más de lo que tengo?
  • Conflictos familiares: Son otro de los grandes batacazos que afloran en verano. Existen parejas que pasan las vacaciones con alguna de las dos familias. A menudo la decisión de compartir el periodo vacacional ene impuesta, y si además existen rencilla previas, es muy probable que todo se convierta en un coctel explosivo. Lo único que se puede hacer es evitar estas situaciones, y pactar con la pareja los límites con respecto a la familia política, para que la situación y los conflictos que pudieran darse no afecten a la pareja.
  • El síndrome postvacacional que sufrimos cuando acaban nuestros días libres, supone una bajada de ánimos importante. Esto puede hacer que desaparezcan las ganas de resolver los posibles conflictos sufridos durante el verano, e influya en la decisión de poner fin a la relación de pareja.
Lo más recomendable es no tomar ninguna decisión en caliente. Nunca lo hagas tras las vacaciones, espera al menos un mes para ver las cosas con más frialdad.

La decisión de seguir o no seguir juntos

Todas las parejas pasan por baches y crisis, pero eso no debe acabar en ruptura necesariamente. Antes de tomar la decisión final es recomendable analizar la situación a fondo y poner todos los factores en una balanza. Piensa en porqué te enamoraste de tu pareja, o cuál es el compromiso que tenéis adquirido. Muchas veces basta con echar la vista atrás para darnos cuenta del valor que adquiere todo lo que tenemos con esa persona.
Sin embargo, este análisis puede resultar decisivo cuando la situación no tiene solución, y el verano simplemente ha agravado la situación. Entonces lo mejor es dar el paso definitivo, a tiempo y sin rencores. A veces el amor no es eterno, pero la vida sigue, y es mejor poner fin a lo que puede llegar a dañarnos antes de que lo haga de forma irremediable.

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