martes, 9 de octubre de 2012

Dominación, Sumisión E Intercambio De Poder Erótico

Los comportamientos sexuales son tan variados como personas hay en el mundo. 

Algunos son muy extraños y extravagantes, otros más conocidos. La dominación y la sumisión por ejemplo son algunas de estas conductas, de las más sonadas quizás.

Sin embargo, no todo el mundo sabe en qué consiste realmente, y los límites que encierran para que sean satisfactorias y no lleguen a ser consideradas como desviaciones o parafilias.


Dominación y Sumisión.

Son un conjunto de comportamientos, conductas y prácticas sexuales que se conocen también por las discretas siglas D/s, y que consisten en que entre las personas que las practicas, siempre haya uno que adquiera el rol de permanecer sobre el otro, en un contexto sexual, dominándole durante la relación. Para que se dé esta situación el otro miembro debe estar por debajo, con actitud sumisa, dejándose dominar y obedeciendo sus órdenes sexuales. Las conductas pueden darse de forma total, durante todas las relaciones sexuales, en una relación sexual, o limitarse a parte de una de ellas. También los roles suelen intercambiarse aunque entre la gente que lo practica es más común que se sientan identificados o cómodos en uno de estos roles nada más.

A veces, esta dominación y sumisión no solamente se da en el plano físico, sino que se extiende a otros ámbitos de la vida, y puede darse a través de contactos no físicos (vía telefónica, mensajes, etc).

Los roles de la dominación y la sumisión.

En este tipo de prácticas siempre hay algunos que sienten placer sexual cuando dominan a otra persona, y otros que sienten ese placer cuando se sienten dominados, siendo sumisos.
El individuo de estatus superior dentro de la relación se le llama “Dominante”. También se les conoce como Amos, Amas, o incluso hay términos más específicos, como la Dominatrix. Este término es empleado en mujeres que se dedican profesionalmente a proporcionar placer a sumisos a cambio de dinero.
A los que tienen un estatus inferior dentro de la relación D/s se les llama “Sumisos” o Subs.
También existe otro rol que es el Switch, que no es otra cosa que el ambiguo que puede cambiar de rol y disfrutar desde ambas posiciones dentro de la Dominación-Sumisión. Los Switch suelen buscar parejas que también lo sean, para poder intercambiar los roles durante una misma sesión de sexo.

Cuestiones de poder.

Mucha gente asocia estas prácticas a comportamientos crueles y brutales. Sin embargo, en la Dominación y la Sumisión, los participantes están dispuestos a asumir esos roles, y las prácticas suelen ser consensuadas, con unos límites marcados. Lo que no puede parecer cruel, por ejemplo pellizcar un pezón con unas pinzas metálicas, aun sumiso puede llegar a provocarle un tremendo placer.
Para que se puedan llevar a cabo estas prácticas, debe haber dentro de la pareja o el grupo sexual, personas dispuestas a adquirir roles complementarios. Al final, el sentirse de un lado u otro es una tendencia humana que viene marcada por la cultura y la civilización en la que vivimos. Nuestro yo más profundo las interioriza de tal manera que acaban asumiéndose este tipo de “sufrimientos” a un placer sexual que es muy real.
El castigo verbal o el castigo corporal deben consensuarse. Por eso este tipo de prácticas solo suele darse entre personas que son muy respetuosas con lo que hacen, o parejas con una comunicación bastante fluida.
Cuando este tipo de conductas se llevan a cabo entre personas desconocidas, normalmente en ámbitos específicos para este tipo de prácticas, se suelen establecer unas normas de seguridad. Por ejemplo, el sumiso suele contar con una palabra clave que significa “para”, y que marca el fin de algo que está sobrepasando los límites. Entonces el Amo o Ama, debe parar.
Además del rol de sumiso o dominante, existen como hemos dicho antes los Switch, que suelen practicar el Erotic Power Exchange, es decir, un cambio de poder dentro de la relación. Una cesión de poder erótico, voluntaria y consensuada, para que ambos miembros puedan disfrutar de los placeres que se viven en ambos roles.
Lo más importante en la D/s es no sobrepasar los límites. Cuando se traspasan las barreras, el placer desaparece, y puede llegar a convertirse en un acto violento de abuso sexual o violación.

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