viernes, 23 de noviembre de 2012

Sexualidad Y Discapacidad

El pasado 3 de octubre se celebró el Día Internacional de las Personas con 

Discapacidad. El Día de Santa Lucía, patrona de las personas que sufren algún tipo de discapacidad física, psíquica o cerebral, es una cita ineludible para todos aquellos que luchan por conseguir la igualdad de estas personas con el resto de la sociedad, así como el cumplimiento de sus derechos fundamentales.

Uno de los temas que siguen siendo tabú entre los colectivos asociados a la temática de la discapacidad, es la sexualidad de las personas con discapacidad.


La sexualidad es una parcela muy importante en el desarrollo vital de las personas, de todas las personas. Por tanto, las que tienen discapacidad también sienten su propia sexualidad y tienen derecho a desarrollarla.

Comprender la sexualidad de las personas con discapacidad.

Para hacerlo es necesario no tener prejuicios y tener una visión amplia y abierta sobre los sentimientos y necesidades que tienen. Tienen necesidades afectivas, como todo el mundo, y por supuesto, también tienen necesidades sexuales. Sin embargo, a lo largo de la historia, tanto las familias como las instituciones que se habían encargado de personas con discapacidad, les habían negado la vivencia de su propia sexualidad.
Hasta estas últimas décadas no se ha tenido en cuenta la sexualidad de las personas con discapacidad como un derecho fundamental de las mismas. Ya si se considera legalmente, pero falta mucho camino por recorrer para que sea aceptado socialmente. Aún hay muchos que desconocen el desarrollo de la sexualidad en estas personas. Lo consideran como un impulso incontrolado, o una situación aberrante, nada más lejos de la realidad. Y sin que llegue esta aceptación social debida, difícilmente se cumplirá este derecho.

La lucha por sus derechos.

Hasta ahora, por protección o por discriminación se ha negado el disfrute de la sexualidad a muchas personas con discapacidad. Triste y cierto es también que su condición y circunstancia les hace estar también muy desprotegidos ante temas como el abuso sexual, embarazos no deseados, contagios de ETS, etc.
Sin embargo, es el deber de la sociedad trabajar por una mayor integración y aceptación de su condición para poder quitar frenos a su desempeño sexual, y empezar a respetar si cabe sus impulsos y deseos.
Es necesario por tanto que los expertos en la temática desarrollen documentos y protocolos que contemplen esta realidad y ayuden a los colectivos relacionados con la discapacidad, así como al resto de la sociedad a sensibilizar sobre la aceptación de sus necesidades, y contribuyan a solucionar la satisfacción de las mismas, siempre teniendo en cuenta la dimensión de sus necesidades interpersonales, afectivas y sociales.

¿Por qué es tan importante que vivan su propia sexualidad?

Como cualquier persona, la sienten, y les ayuda a formar algunos aspectos de su personalidad. Además, paralelo a los impulsos sexuales satisfechos o no, entienden el sentimiento de amor, y su autoestima se ve afectada por la satisfacción de estas necesidades, que les hacen sentirse merecedores o no de ser amados. Independientemente de su discapacidad, el vículo afectivo sexual es un marcador de integración social, que además marca el sentimiento de sentirse aceptado o no en el entorno y les aporta seguridad emocional. Vivir su sexualidad puede aportarles mucho más equilibrio, les hace sentirse mucho más integrados y aceptados y además les aporta seguridad emocional.
Todos los seres humanos son sexuados desde su nacimiento, independientemente de que tenga mermada algunas de sus capacidades o no, y desde que nace necesita contacto corporal y afecto para desarrollar correctamente su personalidad integralmente.
Muchos, debido a la acción de su entorno, y a la negación de sus derechos, se ven limitados a disfrutar de su sexualidad únicamente a través de la autoestimulación. Pero es necesario luchar para que estas personas alcancen la igualdad de derechos y de cumplimiento de los mismos a la hora de compartir su sexualidad con otra persona.

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