lunes, 21 de abril de 2014

La Erotomanía

Seguro que te has quedado parada pensando en lo que estamos diciendo con esta palabra que a lo mejor no habías oído hablar nunca antes (o a lo mejor sí, quién sabe). Si buscas por internet lo que es la erotomanía te darás cuenta de que es en realidad una enfermedad, la enfermedad del amor, pues lo que hace es que uno pierda la razón por el amor (o por esa persona que seguro has querido tanto en tu vida que has perdido tu rumbo y hecho tu vida en base a esa persona).

Pero, hablemos un poco más de lo que es la Erotomanía que puede parecer bonita pero que, en realidad, no lo es ni mucho menos.

La erotomanía

La erotomanía es un síndrome según  el cual una persona ama a otra independiente de que esa otra persona lo ame o no. De hecho, se pueden dar dos casos de erotomanía:
  • Caso 1: En el que una persona, hombre o mujer, ama a otro, hombre o mujer, y éste también lo quiere pero la relación se vuelve tan enfermiza que no se puede soportar.
  • Caso 2: En el que una persona, hombre o mujer, ama a otro, hombre o mujer y éste no tiene los mismos sentimientos por esa otra persona.

Ambos casos parecen parecidos pero no lo son porque entran en juego los sentimientos de la otra persona. Y aquí es donde puede desencadenar un mal mayor si no se pone remedio antes.

Erotomanía es también conocido como “delirio del ser amado”, “delirio de pasión amorosa” o “síndrome de Clérambault” e implica que hay una mala interpretación en gestos palabras o en otras acciones que lleva a cabo una persona hacia otra haciendo que crea que se quiere algo más o que en realidad hay amor de por medio.

Este delirio suele tener un cuadro clínico, es decir, que se da más en las mujeres que en los hombres y puede tener un curso crónico. Normalmente son más proclives a padecerlo las mayores de 30 años que están solteras frente a otro tipo de colectivos y el curso de la enfermedad suele ir en varios niveles:
  • Esperanza. Es cuando hay algo que ha hecho que comience a pensar en la otra persona, a imaginar cosas juntos, a hacerse planes o historias con la otra persona perdiendo la razón o el rumbo (hasta el punto de que toda su vida gire en torno a la otra persona, sea o no consciente de su afecto).
  • Despecho. Cuando hay una realidad de por medio, es decir, cuando la otra persona intenta avanzar y se puede encontrar con la situación de que la otra persona no quiera nada, o bien que no sienta el mismo amor que esa persona con lo que comienza a desconfiar y a culpar de no quererlo lo suficiente. Se siente así culpable y despechado al mismo tiempo y eso puede provocar problemas graves en los siguientes niveles.
  • Rabia. La rabia se da por el despecho que siente. Empieza a culpar a la otra persona de no quererlo y a sentirse irritado de su presencia. Es posible que incluso intente empezar a lanzar falsos testimonios sobre esa persona o a tratar de ponerle en situaciones negativas (por ejemplo lanzando rumores o comentando aspectos muy personales de esa persona con afán de hacerle daño).
  • Agresión. Es el nivel último y el más peligroso tanto para la persona de quien es objeto de fascinación como para uno mismo. En estos casos se suelen internar a las personas para tratar de curarlas pero hay siempre que tener mucho cuidado.

La erotomanía así no es algo que pueda gustarte tener. Y es que está bien amar a la otra persona con quien estás o quieres estar pero debes tener en cuenta que ha de haber algo de libertad y que no todas las personas sienten el amor de la misma manera, por eso es que nunca se deben dar lugar a malentendidos que puedan provocar este tipo de problemas.

Soluciones a la erotomanía

Soluciones a la erotomanía pasa sobre todo por saber en el grado en que se está o se siente predilección por la otra persona.

Normalmente se requiere de un profesional porque hay que tratar de romper ese lado de ilusión hacia la otra persona (de ponerla en un pedestal, de que los sueños nublen la razón, etc.). Esto puede requerir por tanto la ayuda de un psicólogo que intente hacerle comprender a la otra persona que quizás los sentimientos que cree en la otra persona no son de verdad y que, además, eso no implica que se sienta herido por algo que no ha ocurrido nunca, teniendo que rehacer su vida de una manera diferente.

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