lunes, 16 de junio de 2014

El orgasmo, ese gran desconocido

El orgasmo, esa oleada de placer que se puede obtener estando a solas o en pareja, siempre y cuando la pareja se preocupe un poquito por ti, claro. Pero, ¿sabes realmente todo lo que hay detrás del orgasmo? ¿Lo has estudiado a fondo? No te preocupes que nosotros te ayudamos a que lo conozcas y no sea ese gran desconocido que, además, así seguro que consigues tener muchos más orgasmos o proporcionárselos a tu pareja.

El orgasmo

La palabra orgasmo proviene del griego, de “orgh” que significaba “desear ardientemente”. Es algo que llega de repente, normalmente avisando pero a veces no te das cuenta, y se produce tras una fase de excitación que hace explotar ese deseo y que solo dura unos segundos (en las mujeres a veces un poco más pero porque ellas pueden tener varios orgasmos en poco tiempo).

Es uno de los placeres que se puede conseguir que sea más satisfactorio dejando el cuerpo muy relajado y feliz por ello, incluso con la capacidad de conciliar mucho mejor el sueño.

Existen dos tipos de orgasmos, el femenino y el masculino. Empecemos por el masculino que suele ser mucho más rápido de explicar (porque es más rápido de darse también).

El orgasmo masculino se produce a los 5-10 minutos de producirse la excitación, siempre y cuando no la pierda (que algunas veces está en otras cosas y al final tarda mucho o se frustra y no se consigue. Su explosión provoca la eyaculación del semen a través de su miembro así como las contracciones que se producen en los músculos del perineo lo cual hace que, llegado a ese momento, el hombre empieza a sentirse más cansado porque ha quedado muy satisfecho.

En el caso de las mujeres, el orgasmo femenino suele tardar al menos 15 minutos mientras hay una excitación (a veces más, a veces menos, todo hay que decirlo). Este orgasmo, al contrario que los hombres, puede repetirse si se mantiene la excitación en la mujer ya que es capaz de aguantar varios orgasmos (siempre que no se tengan problemas de corazón, por ejemplo).

Las reacciones del cuerpo son varias. Por un lado el clítoris, que estará hinchado, se retrae mientras que la vagina, el perineo y el útero suelen contraerse y los pezones se erizan más, se vuelven mucho más sensibles. Hay veces en que, cuando se tiene el orgasmo, o cuando se está a punto, se segrega un líquido blanco. No es malo, y no es anormal, en realidad es una forma del cuerpo de hacerte saber que realmente ha sido muy satisfecho.

En el caso de las mujeres, podríamos decir que existen dos tipos de mujeres y dos tipos de orgasmos (o incluso tres), ¿quieres conocerlos?
  • Orgasmo clitorial. Es el orgasmo que casi todas las mujeres (el 99%) tienen porque el clítoris es la zona más sensible y donde el orgasmo se da más fácilmente. A través de la estimulación de este lugar puedes conseguir llegar al mismo en poco tiempo.
  • Orgasmo vaginal. Se produce en el interior de la vagina, normalmente cuando se presiona el punto G o hay una estimulación muy directa con los músculos y paredes vaginales que permite el orgasmo. Se suele dar al mismo tiempo que el clitorial, de ahí que muchos puedan pensar que solo hay un orgasmo, el vaginal, aunque implique tocar el clítoris también.
  • Orgasmo por detrás. Con este tipo de orgasmo, que no es lo más habitual, nos encontramos con un orgasmo cuando la penetración es por detrás. Como te decimos, no es habitual que se de pero puede darse porque la zona esté muy sensible y haya algún tipo de conexión con la parte de delante (aún cuando no se toque el clítoris o la vagina).


Hay otro tipo de orgasmo que es a través de los pechos pero su tanto por ciento es mucho más pequeño aún y no hay muchas mujeres capaces de poder llegar a tener uno con solo tocarle los pechos.


Ahora que conoces un poquito más sobre el orgasmo, seguro que puedes empezar a practicar para conseguirlo y mejorarlo al mismo tiempo. Una técnica que usan mucho es llevar el cuerpo al límite para no dejarlo llegar al orgasmo sino retirarse y volver a ello tras unos segundos. Es la táctica tántrica pero también ayuda a aguantar mucho más y a tener después orgasmos más potentes y duraderos, así como hacer disfrutar más a tu pareja. ¿Te atreverías a intentarlo?

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