lunes, 27 de octubre de 2014

El shibari

Dentro del BDSM, hay prácticas que, si bien algunos dicen de conocer, en realidad son artes difíciles de llegar a practicar con la experiencia y profesionalidad de alguien que ha estado años practicando y cultivando, no solo físicamente, sino también mentalmente.

El shibari, es decir, el arte de inmovilizar mediante cuerdas, no es algo tan fácil de hacer. Primero, porque un shibari simple, sencillo, que no signifique mucho arte, puede llegar a unos 20 minutos para hacerse, y hablamos de uno sencillo, si ahora nos vamos a uno de los más complicados, con nudos especiales, podríamos hablar quizás de entre una y dos horas de tiempo para poder
ejecutarlo bien.

Pero, ¿por qué el shibari llama tanto la atención? A nivel físico, los nudos colocados estratégicamente en ciertas partes del cuerpo hacen que, la fricción de ellos en la piel, produzca sensaciones erógenas, de ahí que la mujer, o la persona que está atada, no sufra, al contrario, está sintiendo placer. Además, debes tener en cuenta que, un shibari bien hecho, nunca daría dolor. Quizás un poco de incomodidad pero no dolor ya que no es su cometido.

Sin embargo, si nos trasladamos al origen del shibari, podríamos decir que es todo lo contrario. ¿Conoces su origen?

El origen del shibari

Para conocer el origen del shibari debemos trasladarnos a una época de samuráis en Japón y, en general, en todo Oriente.

El shibari nació en el periodo Tokugawa, allá por el siglo XV donde había dictaduras, guerras y un código para los soldados y samuráis que luchaban.

Estos hombres necesitaban luchar de forma rápida pero también hacer prisioneros y, la única forma de hacerlo, no era coger un prisionero y saltarse la guerra para llevarlo o custodiarlo. Necesitaban un método para inmovilizar a su enemigo lo más rápido posible y continuar con la lucha de modo que, cuando acabara, pudieran recoger a ese enemigo y torturarlo o bien matarlo como era merecido.

Esta técnica de apresamiento es el origen del shibari pero hay que tener en cuenta que, en esa época, un “shibari”, que se le conocía como Hobaku-Jitsu o Hojojutsu, era cuestión de unos segundos tan solo porque no podían perder más tiempo. Con ello ataban a sus enemigos y seguían la lucha.

Más adelante, entre 1600 y 1878, en el periodo Edo, los nudos y la forma de atar a cualquier persona estaba diferenciada según la familia samurai que lo hacía de tal manera que, cuando había varios enemigos maniatados, cada uno sabía cuál era el suyo (para que no hubiera problemas y por la rivalidad de los propios clanes).

Así, podemos decir que el shibari es en realidad un instrumento de tortura en esa época que, poco a poco, se fue convirtiendo en una forma erótica de buscar el placer (en los años 50 y 60 se veían an algunas revistas fotos de mujeres atadas con este arte peculiar).

Consejos para realizar un shibari

A la hora de hacer un shibari te recomendamos que acudas a un taller o a un cursillo para hacer shibari porque realmente no es fácil de lograr encontrar el punto justo de placer y dolor cuando se juega con cuerdas y puedes dar mucho dolor con ellas.
Así, una vez sepas lo principal, y tengas a una persona con quien puedas hacerlo, te recomendamos lo siguiente:
  • Mantén siempre la comunicación con tu pareja. Debes procurar que te diga en todo momento cómo se siente, si le duele algo, si nota algo extraño. Esto es por su bien, no por acabar el juego. Las cuerdas, debido a la fricción, a la sujeción, a apretar ciertas partes, puede crear después quemaduras o moratones que, si bien no es lo que se busca en un principio, puede resultar molesto después.
  • Empieza poco a poco. Si nunca has hecho un shibari no vayas a hacer los más complicados, ni a colgar a tu pareja. Deja eso para más adelante porque puede que no tengas experiencia para ese tipo de atadura aunque siempre puedes ir probando, pero gradualmente.
  • Usa cuerdas de algodón suave, son las mejores porque no hacen tanto daño como las otras y además te aseguras un poco más de que, por el roce con la piel, no le va a doler a la pareja.
  • Si son las primeras veces, procura hacer el shibari con algo de ropa para la pareja. Así irás probando las sensaciones que experimenta y, conforme vayas aprendiendo cómo sacar lo mejor de cada nudo, cada atadura, podrás ir dejando que se quite más ropa en cada sesión.


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