miércoles, 14 de marzo de 2012

BOLAS TAILANDESAS, PARA EL PLACER ANAL

Entre los muchos juguetes eróticos que existen, tenemos la categoría de juguetes anales. Dentro de la misma, las reinas absolutas son las bolas tailandesas. Seguro que has escuchado hablar de las bolas chinas, pero sus primas las de Tailandia son mucho más desconocidas, sobre todo por el halo oscuro que envuelve al sexo anal.

¿Cómo son las bolas tailandesas?

Las bolas tailandesas son mucho más pequeñas que las bolas chinas. Las hay de muchos tipos, pero lo normal es que sean una tira de bolas de distintos tamaños, unidas unas a otras en sentido ascendente según lo grandes que sean.

La primera bola que se introduce es mucho más pequeña que la última, con la idea de que cada bola vaya abriendo poco a poco el ano, de manera gradual. La última bola que se introduce es la más grande, y suele estar rematada con un anillo o tope, que en ocasiones va unido a un cordón para poder sacarlas sin problemas. Este elemento es muy importante para que las bolas no puedan perderse dentro del intestino grueso.

¿Qué aportan las bolas tailandesas?

Para empezar placer. Está claro que el placer anal es uno de los grandes olvidados, o incluso despreciados. Sin embargo, es una realidad que existe, y merece la pena disfrutarla. Las bolas tailandesas aportan el placer de una penetración anal, suave y progresiva. El paso de cada una de las bolas, tanto de fuera a adentro, como al revés, provoca multitud de sensaciones.
Además su uso es una perfecta forma de iniciarse en el sexo anal. El tamaño ascendente de sus bolas permite introducirlas hasta el punto que se desee e ir progresando poco a poco.
Si la utilizan los chicos, sentirán la estimulación que provocan sobre el Punto P. Y para las chicas es un mundo diferente de sensaciones, para todos los gustos. Ellas pueden practicar la penetración mientras llevan las bolas tailandesas dentro del ano, provocando una presión muy excitante provocada por la doble penetración.

Consejos para la utilización de las bolas tailandesas

Antes de utilizar las bolas tailandesas es muy importante tener en cuenta la higiene anal. Lo más aconsejable es realizar una ducha anal, aplicando un enema, alguna hora antes de mantener la relación sexual anal, o de utilizar las bolas tailandesas. Si un deseo irreprimible te impide detenerte en esta tarea, ten siempre presente que pasar del ano a la vagina puede provocar muchas infecciones. Por eso, lleves a cabo la ducha anal o no, nunca introduzcas o dejes introducir el pene, las bolas tailandesas o cualquier otro juguete en la vagina sin ser lavado adecuadamente.
Otro consejo imprescindible, y que es necesario que no olvides, es la utilización del lubricante. El ano, al contrario que la vagina, no posee lubricación natural. Por eso, para facilitar la penetración es imprescindible utilizar un lubricante artificial. Los de base de silicona suelen dar mejor resultado que los de base acuosa, ya que son más duraderos, deslizantes y suaves. También existen lubricantes anales, con propiedades sedantes, que relajan los esfínteres y disminuyen el posible dolor causado por la penetración anal. Un ejemplo es el lubricante Apronal, fabricado objetivamente para este tipo de prácticas.
También es importante empezar poco a poco. Los esfínteres anales funcionan como la vagina, que es elástica y se adapta al tamaño del pene o del juguete que se introduce en ella. La penetración anal requiere su tiempo, y es importante practicarla a diferentes niveles, con distintos grosores, para habituar los esfínteres. En ese sentido, las bolas tailandesas son geniales, porque van abriéndose paso con distintos grosores, y siempre puedes parar antes de la bola que te cause dolor.

Maneras de disfrutar de las bolas tailandesas

Sobre gustos no hay nada escrito. Cada uno puede introducirlas y sacarlas a su antojo: las bolas que quiera y al ritmo que desee. Las puedes mover dentro, meterlas y sacarlas. Te aconsejamos algo muy placentero: mantenlas dentro mientras continúas con la relación sexual, y cuando llegue el momento del orgasmo, aprovecha las contracciones pélvicas para sacar las bolas una a una. Conseguirás sensaciones indescriptibles.
Lo que si tienes que tener claro es que el sexo anal debe ser algo consentido por ambas partes. Si no se está habituado o convencido de su práctica, puede resultar doloroso. Por eso es muy importante mantener el respeto, y para si la parte penetrada lo necesita.
Sin embargo, te recordamos que el sexo anal puede ser algo realmente placentero. Deja los tabúes a un lado y abandónate al placer. Seguro que repites.

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