martes, 16 de abril de 2013

Marilyn Monroe, el gran mito erótico de los años cincuenta

Marilyn Monroe
Si existe una mujer en el mundo cuyo nombre sea sinónimo de sensualidad, esa es Marilyn Monroe. Desde que saltó a la fama en la década del medio siglo, su imagen ha cautivado a todo tipo de hombres y mujeres. Incluso tras una muerte trágica que truncó los sueños de esta ambición rubia, el erotismo que desprendía sigue vivo.

¿Quién era Marilyn Monroe?

Marilyn Monroe fue una pequeña desdichada desde que nació. Norma Jean Baker, que era su verdadero nombre, nació un día 1 de junio del año 1926 en la ciudad del celuloide por excelencia: Los Ángeles.
Sin embargo su infancia no fue precisamente de película. Su madre nunca le dijo quién era su padre y además tenía una personalidad extraña, difícil y enfermiza. Hasta los siete años vivió con una amiga de su madre que se encargó de ella. Después volvió a vivir con su madre, pero poco después, ésta fue diagnosticada de esquizofrenia y fue internada en un hospital psiquiátrico. En ese momento Norma, comenzó un largo periplo entre orfanatos y familias de acogida. Y fue precisamente en una de esas familias de acogida donde sufrió abusos sexuales por parte del cabeza de familia. Sin duda este fue un trauma que de una forma u otra marcó el resto de su existencia.
Pocos de los que la conocieron de pequeña podrían sospechar la fama inmortal y excepcional que alcanzaría la rubia años después. A los 16 años decidió empezar a trabajar en una fábrica donde conoció al que fue su primer marido, James Dougherty del que se divorció tan solo cuatro años después.
En 1946 fue descubierta por un importante fotógrafo de modas que la introdujo en el mundo de la publicidad. Emmeline Snively, su agente personal, fue la primera en sugerirle que cambiara su tono castaño por una melena rubio platino. Y con el cambio de look llegaron exitosas campañas publicitarias, sobre todo en traje de baño.
Durante esa época, Norma quiso formarse para poder aspirar a más y se inscribió en clases de arte dramático en el conocido Actor's Lab de Hollywood. Además acudía a actividades como cursos de literatura en la Universidad de Los Ángeles (UCLA). Su rostro, tras numerosas campañas de publicidad, comenzó a hacerse muy conocido. Fue entonces cuando empezaron a surgirle papeles cinematográficos, aunque muy poco a poco.

Una rubia de cine

El primero, tras varias ofertas rechazadas, fue con la 20th Century Fox. Con esta importante productora solo consiguió, en un principio, hacer algunos papeles de reparto. Marylin recuerda que en alguna de estas pequeñas apariciones solo se le llegaba a ver de espaldas y nadie, más que sus conocidos e íntimos, podían reconocerla.
Después fichó por la Columbia. Allí ya actuó en el musical Ladies of the chorus (1948), de Phil Karlson, donde Norma, a la que ya se conocía como Marilyn, hacía de modesta bailarina de striptease. Justo un año después participó en la penúltima película de los hermanos Marx Amor en conserva. En esta película, Marylin bailó de forma tan sensual, que hasta Groucho confesó un deseo irreprimible por ella. Comenzó la andadura del símbolo sexual.
Con la Metro Goldwyn Mayer también trabajó durante algún tiempo como secundaria. Tuvo papeles importantes para su carrera como La jungla de asfalto, de John Huston. Y fue compaginando sus intervenciones cinematográficas con trabajos de fotografía que logaron convertirla en todo un estereotipo de Pin-Up. Fue chica de famsoos calendarios y posó desnuda para la conocida publicación erótica Play Boy, algo que supuso todo un hito histórico para la historia de la revista.
Mientras, cerró uno de sus papeles más recordados fue el de Nell Forbes, una niñera perturbada con la que pudo demostrar sus verdaderas dotes dramáticas.

Los caballeros las prefieren rubias

Ese fue el título que la encumbró como mito sexual. Una película en la que Marylin encarnaba el morboso papel de rubia tonta, el estereotipo de mujer deseada, objeto sexual. En esta película cantó, bailó e interpretó comedia de forma magistral.
Con Cómo casarse con un millonario consiguió más que el éxito, su reconocimiento profesional como actriz, ya que con su interpretación en este film, consiguió un Globo de Oro a Mejor Actriz.

Exitosa y desdichada

Todo el fulgurante éxito que fue consiguiendo en su carrera cinematográfica, fue totalmente opuesto al que se fue encontrando en su vida personal. Su primer marido fue el jugador de beisbol DiMaggio, con el que sufrió un estrepitoso fracaso sentimental, aunque en más de una ocasión lo reconoció como el hombre de su vida. Su imagen de sex symbol le trajo más disgustos y facilidades y es que nadie la tomaba en serio como actriz y muchos directores la acosaron sexualmente.
Marylin pasó a convertirse en un objeto sexual y se sentía tratada como tal, tanto por los que la rodeaban en su vida personal como en la industria cinematográfica. Tuvo tres matrimonios, con James Dougherty, el jugador JoeDiMaggio y su último marido, Arthur Miller, un dramaturgo, intelectual, aparentemente opuesto a ella, al que se aferró hasta el último momento.
Tras su divorcio la leyenda de sex symbol incrementó con las relaciones mantenidas con el entonces presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, o más tarde con el hermano de éste, el senador Robert Kennedy. Fue esta época al de su decadencia personal e irremediable. El 5 de agosto de 1962, la sexy rubia apareció muerta a causa de una sobredosis de barbitúricos en su casa de Brentwood, California. Fue su ama de llaves, Murray, la que la encontró en su cama junto a un bote de Nembutal vacío. AL parecer Marylin decidió poner fin a su desdichada vida con una sobredosis de barbitúricos.
Su misteriosa muerte y las pasiones levantadas durante su vida, han hecho de Marylin Moroe una leyenda sin fin. Se apagó la vida de la estrella, pero nunca lo hizo su brillo.

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