lunes, 18 de agosto de 2014

El origen de la palabra libido

¿Te has preguntado alguna vez de dónde viene la palabra libido? Sí, es cierto es que noe s una pregunta que las personas se hagan muy habitualmente pero puede darse el caso y, lo cierto, es que tiene una historia que quizás te gustaría saber, además de que te puede ayudar a que veas la diferencia entre palabras que se escriben igual.

Si has buscado en el diccionario la palabra libido sabrás que, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, es el “deseo sexual, considerado por algunos autores como impulso y raíz de las más varias manifestaciones de la actividad psíquica”. Quizás
te hayas quedado igual, sin saber bien lo que es, por eso te anoto una definición más que puede ayudarte a saber lo que es libido y, sobre todo, a conocer su origen.

Según WordReference, libido es “deseo o impulso sexual”, con lo que estamos más cerca de saber lo que es o, al menos, de conocer su origen y por qué se acuñara este término y no otro.

Debemos retrotraernos a una época más antigua, al siglo XIX donde se acuñó por primera vez este término por Sigmund Freud (que seguro te suena porque es muy conocido). En esa época, la palabra, de origen latino y significado “deseo”, se usaba para la medicina y la psicología pero después pasó a utilizarse en un nivel más general y hasta ahora ya has visto que la usan muchos.

El origen de la palabra libido está en el verbo defectivo libet, libebat, libere, libuit o libitum est, que significa agradar, placer, gustar.

Al principio, la palabra como tal no era muy utilizada para ese deseo sexual pero, cuando Freud formuló su teoría y utilizó ese término, las demás personas comenzaron a acuñarlo como tal y a verla como la palabra que claramente podía definir realmente lo que era ese deseo sexual de la persona. Es por eso que, finalmente, se quedó con ese término.

Volviendo a Freud, éste Freud caracterizó la libido desde dos puntos de vista:

Por un lado, un punto de vista cualitativo al experesar que la libido no designa cualquier energía de forma inespecífica sino que era energía sexual a pesar de que después se podía utilizar para otros usos. Así, se establecía que la libido designaba la energía de los instintos sexuales aunque no se llegó a profundizar demasiado.

Por otro lado, cuantitativamente, se hablaba de que la libido era energía cuantificable que podía aumentar, disminuir y desplazarse de un objeto a otro explicando así los fenómenos psicosexuales (y el hecho de que, en las relaciones sexuales, ambos se compenetraran y encontraran la excitación el uno en el otro).

Para Freud, la libido tenía dos características:

Plasticidad, es decir, la capacidad de cambiar de objeto y modo de satisfacción. 
Viscosidad, es decir, la cualidad para explicar la capacidad de la libido de fijarse a un objeto o una fase del momento (para perder la libido o para aumentar en intensidad esta). 

Los errores con libido


Quizás sea por la palabra, o por otros motivos, libido siempre ha estado sometido a muchos errores a la hora de emplearlo. Uno de los más graves es el de pensar en la palabra como si fuera esdrújula pronunciándola como “líbido” cuando, en realidad, es llana y se acentúa en la segunda sílaba, “libIdo”.

Otro error que se comete es que, pese a que la palabra termina en O que es masculino, libido es femenina y tiene que ir precedida por artículos femeninos como “la, una, etc.”. Igualmente se tiende a confundir con “lívido” que es “amoratado o pálido”, una palabra que, si bien puede pronunciarse parecido (cuando libido se confunde con esdrújula), en realidad no significa lo mismo ni mucho menos.

Como ves, la libido no es una palabra que tenga un origen muy claro pero sí que hoy día es mundialmente conocida aunque, en España, ya existía una palabra que podía conceptualizar todo lo que la libido dice: libídine, que significa “lujuria, deseo sexual vicioso”, dando un paso más allá a la libido que solo se queda en un deseo sexual sin ningún tipo de connotación.

Ahora, cuando leas algún libro, seguro que te fijas un poco más en el contexto en que se usa la palabra y aprendes algo más de su utilización al tiempo que podrás ver si los escritores lo utilizan como debe ser o hay fallos (que, en muchos casos, así es).

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