El sexting es una nueva moda que está de plena actualidad. Se trata de una práctica que consiste en fotografiarse o grabarse en video con el móvil, ligeros de ropa o incluso en algún tipo de actitud sexual. Normalmente se hace para un uso privado. Sin embargo, hoy en día, la exposición continua en redes sociales, en aplicaciones móviles etc, es tan amplia que existen muchísimos casos en los que esas fotos o vídeos privados, acaban en las manos equivocadas o en el soporte virtual equivocado, y a partir de ahí se difunde sin control, llegando en algunos casos a miles de personas.
La práctica del sexting puede ser muy sexy si queda en privado. Por eso son muchos los que caen en “probar”. Sin embargo, esta práctica conlleva riesgos de carácter psicológico, legal o incluso físicos. Una vez que la intimidad queda al descubierto, es difícil volver atrás, y lo malo, es que muchos de los practicantes del sexting son menores de edad, con el peligro que eso supone.
Los menores, el sexting y su exposición a los pederastas
Cuando el protagonista del sexting es un menor, los peligros se multiplican. La adolescencia es una edad muy complicada. Ellos se piensan que son más maduros de lo que realmente son, y acaban haciendo “cosas de mayores” sin caer en que son muy vulnerables según para qué cosas.
Cuando la foto de un menor llega a las manos equivocadas, puede dar una impresión de madurez sexual que no se corresponde con la realidad. Desgraciadamente son muchos los pederastas al acecho de un vulnerable adolescente.
Además cuando la imagen se cuela con un número de móvil, o en una red social, el receptor ya tiene el contacto con el menor, y también acceso a mucha información sobre el mismo. Eso puede llevar en casos extremos a facilitar un seguimiento, un posible secuestro e incluso una posible violación.
También ocurre en ocasiones que se establecen contactos consentidos de los que el menor acaba arrepintiéndose, y siendo coaccionado por el pederasta o acosador de turno.
Incluso UNICEF ha llegado a proclamarse advirtiendo del riesgo de esas prácticas.
El Sexting y la responsabilidad penal
Aunque se trata de algo relativamente novedoso, son muchas las acciones legales emprendidas por este tipo de casos de violación de la intimidad, difusión de imágenes íntimas, etc. Por eso, ya existen ciertos protocolos de actuación ante este tipo de problemas.
A pesar de que el que aparece en el documento gráfico es el agraviado de manera personal, porque es su intimidad la que se viola, las consecuencias legales son graves contra el que difunde la imagen. La difusión de documentos comprometidos se considera “Relación de Secretos” en el Código Penal. Además, cuando la imagen es sobre un menor, puede ser considerado un delito relacionado con la pornografía infantil, delito muy grave, penado con cárcel.
El problema surge cuando el sexting se practica entre menores. En España aún no se ha creado jurisprudencia en este sentido, aunque en algunos países, se estudia el caso, y a veces no se llega a considerar delito, sobre todo cuando la práctica es consentida entre los propios menores.
Cómo puede afectar el sexting de forma social o psicológicamente
EL riesgo del sexting es que la imagen que se hace de forma íntima, se difunda de forma descontrolada. La persona cuya imagen erótica es difundida de forma pública, puede llegar a sentirse humillada, acosada y muy hundida. En menores las consecuencias suelen ser muy graves, y puede llegar a causar trastornos psicológicos, que en algún caso ha llegado a desembocar en un suicidio. Evidentemente todos no llegan a eso, aunque si es cierto que muchos de ellos tienen que cambiar de vida (de centro escolar, municipio, etc) para poder seguir adelante empezando de cero.
En adultos, un problema de este tipo puede llegar a afectar a su estabilidad familiar, las relaciones con los amigos e incluso al trabajo. El famoso caso de la concejala de Los Yébenes, ha dejado al descubierto hasta qué punto puede afectar el sexting a la vida de una persona adulta.
En los casos más desafortunados, las imágenes son robadas por virus y programas informáticos que roban fotos e imágenes íntimas y las cuelgan en páginas web pornográficas creadas a base de este tipo de imágenes.
Conocidos son también los casos de ex parejas, que deciden de una manera u otra fastidiar a sus ex, por despecho o venganza, difundiendo vídeos y fotos íntimas, para humillarle o ridiculizarle.
¿Entonces hago sexting con mi pareja o no?
Los riesgos existen. Tú decides si correrlos o no. Evidentemente debes estar muy seguro de la persona con la que intercambias imágenes subidas de tono. Hacerlo de forma pausada, para no equivocar botones, y subir la imagen a una red social por ejemplo. Aun así, tu imagen siempre puede acabar donde no debe. No es muy aconsejable, pero tú decides.
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