Es el resultado de unir dos grandes placeres de la vida: el sexo y la comida. Muchas personas opinan que el buen comer produce un placer parecido al que provoca el buen sexo. La satisfacción y el gusto alcanzan niveles similares en ambos casos.
Cuando hablamos de cocina erótica, a muchos se les viene a la cabeza platos con formas fálicas o motivos eróticos. Es una parte de la cocina sensual, pero ni mucho menos es ese el concepto general. La idea de gastronomía erótica es todo aquello que el arte culinario aglutina en sí, y que puede llegar a crear sensaciones cercanas a lo erótico o que puede llegar a impactar en cierta forma sobre nuestra sexualidad, ya sea a través del sentido de la vista, en el caso de los platos con apariencia erótica, o por su efecto físico, como puede pasar en el caso de los platos afrodisiacos.
La gastronomía erótica abarca todas las áreas de la cocina: desde los ingredientes que se utilizan en cada receta, a la presentación, pasando por la bebida con la que se acompaña cada plato. Un ejemplo típico y sencillo puede ser un plato de fresas acompañadas de unas copas de champán. Otro ejemplo más elaborado serían unos canapés de hojaldre y ostras acompañados de marisco: todo un festival de alimentos afrodisiacos.