Desde que aparecieron los chats hace más de una década, las
relaciones interpersonales sufrieron una transformación. Muchos comenzaron a
interesarse por conocer a las personas escondidas tras curiosos y atrayentes
nicks. Después llegaron los programas de mensajería instantánea, como
Messenger. Ahí se desarrollaban los contactos hechos en el chat, y las dos
personas que se habían atraído, se conocían más a fondo. Después llegó la era
3.0, y el boom de las redes sociales. Y es curioso, porque antes de que
Facebook, Twitter o Tuenti triunfaran, lo hicieron otras redes sociales
enfocadas a la búsqueda de pareja. Por ejemplo Badoo o Meetic.
En esos primeros años, la sociedad miraba con escepticismo
las posibilidades de la Red de Redes como “celestina” en cuestiones de amores.
Muchos veían más peligros que ventajas en Internet a la hora de contactar con
posibles parejas. Pero con el tiempo, la
percepción de la sociedad acerca de encontrar en Internet un canal eficiente en
la búsqueda de pareja ha cambiado. Cada vez es más aceptado como un nuevo
“lugar” donde conocer al amor de tu vida, o una nueva forma de establecer
contactos sexuales.