Las redes sociales se han convertido en un gran espacio donde expresar lo que uno quiere con total libertad. Un escaparate de sentimientos, en el que existe un vacío legal inmenso. La libertad es muy bonita, pero todos sabemos que la libertad de uno tiene como límite el inicio de la libertad de otro. Y ahí es justo donde aparece el dilema de las redes sociales.
Algunas como Facebook o Tuenti, tienen bastantes opciones de privacidad, aunque luego en la práctica seguimos bastante expuestos. Sin embargo, la red social libre por excelencia es Twitter.
En Twitter puedes privatizar tu Timeline, aunque son pocos los que lo hacen. El problema es que se tiene acceso de una manera muy sencilla al perfil de casi cualquiera y además son muy pocos los que utilizan las opciones de privacidad.