martes, 27 de noviembre de 2012

Tres En Discordia: El Whatsapp

Si la comunicación entre la pareja ha sido siempre un problema, o una dificultad a superar, las nuevas tecnologías enfocadas a facilitar la comunicación está llegando a enturbiarla más si cabe.

Primero fue el móvil, que permitía tener localizado a todo el mundo, para lo bueno y para lo malo.

Después fueron las redes sociales, que permiten a la gente establecer relaciones, incluso amorosas, sin embargo también deja excesivamente expuesta la intimidad de cada uno.


Y ahora, la nueva revolución que está cambiando las relaciones interpersonales es una aplicación tecnológica a la que más de uno ya es adicto: WhatsApp.

¿Cómo afecta WhatsApp a la comunicación y el estado general de la pareja?

Tranquilidad: no pensamos que WhatsApp sea un peligro inminente para todas las parejas. Simplemente es un arma que, dependiendo de cómo se utilice, puede ser un canal positivo de comunicación o un arma de control implacable.
WhatsApp siempre está conectado. Basta con tener un terminal 3G para tener una vía directa a la comunicación instantánea. Además junto a la imagen de perfil, informa al que te busca incluso de cuando ha sido la última vez que te conectaste a la aplicación para visualizarla o para comunicarte con alguien. Por eso, con WhatsApp y ano valen excusas como “tenía el móvil sin batería”, “No tenía cobertura”, “No me llegó tu mensaje”… tu interlocutor sabe siempre si lo has leído o no.
Este detalle es el que más conflictos puede crear en una pareja. Lo que antes era “mentirijillas piadosas” ahora pueden hacer estallar una bomba nuclear en la confianza de la pareja. No por la posibilidad de estar siempre conectados, sino por el excesivo control que se puede ejercer sobre la libertad y la intimidad de la pareja.
La fase de enamoramiento, cuando aún existe distancia en la pareja, puede verse muy reforzada por el uso de esta aplicación. Los mensajes de amor, la seducción, la demostración de interés… todo es positivo en el contacto por este canal. Se crean fuertes lazos afectivos y se entabla confianza y comunicación. Sin embargo, llega un momento en el que eso que nos parece una ventaja, se convierte en un inconveniente.
En la fase de enamoramiento nos entregamos por completo. Nuestro interés principal es la otra persona. Nos da igual que lo sepa todo de nosotros, queremos saberlo todo de lla… por eso WhatsApp se convierte en un punto clave de las parejas que mpiezan a conocerse en esta era 3G.
El problema llega cuando las hormonas y laquímica del enamoramiento se relaja. Nos empezamos a sentir más seguros dentro de la relación y empezamso a interesarnos por vivir nuestra propia vida. Queremos compartir nuestra vida con otra persona, no que nuestra vida pertenezca a otra persona.
Sin embargo, dentro de los dos miembros de una relación, siempre hay uno más débil e inseguro que el otro. Es ahí cuando empiezan los problemas, y WhatsApp pasa de ser un canal de comunicación muy útil a ser un arma de control implacable, que permite saber demasiada información de lo que hace y deja de hacer el otro miembro de la pareja.
Se dan situaciones curiosas como, que cada uno salga por un lado distinto. Él le dice a ella “Me fui a casa a las 5 de la madrugada y me dormí nada más llegar”. Sin embargo, ella ve, a través de WhatsApp que no es verdad, pues su última conexión ha sido a las 6:24… ¿Qué hizo este chico en esa hora y veinticuatro minutos? ¿No se fue a casa? ¿O estuvo en casa, pero habló a esa hora con otra persona? Ahí empiezan las disputas.
También ocurre que, preguntas algo, y ves que han leído el mensaje, pero no te contestan… eso con WhatsApp no vale. Sabes que está conectado, y eso te hace requerir una respuesta rápida.
Es más a través del cajetín de perfil, se ve cuando una persona está conectada, cuando está escribiendo, además de saber cuándo ha sido la última conexión. Ahora es muy fácil controlar a la pareja. Y ese tipo de presión es la que afecta a la pareja. Pueden pasar dos cosas: una de las dos personas no hace nada malo pero no consiente que la vigilen, o puede que si que haga algo fuera de lugar y esta aplicación le haga quedar en evidencia…

¿En qué puede ayudar WhatsApp?

Pues según todo lo dicho, atenta un poquito sobre la intimidad y el espacio personal de la pareja. Pero sí que es una realidad, que el hecho de estar más expuestos al control de la pareja puede ayudarnos de alguna manera a ser más sinceros y a no ocultar nada. Esto puede crear un vínculo de confianza que refuerce la pareja, y hacer que en algún momento, el hecho de tener a mano la posibilidad de controlar a la pareja, haga precisamente que desaparezca la necesidad de hacerlo… También ocurre que puede ayudarnos a detectar más rápidamente a una persona, que si nos miente, no nos merece. Por tanto, tu decides si utilizarlo o no, y cómo dejas que afecte a tu vida de pareja.

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