El Día Internacional del Orgasmo Femenino se celebra cada 8 de agosto en diversos países de todo el mundo. La idea nació de un concejal brasileño de Esperantina, Arimateio Dantas, para compensar a su esposa de algunas "deudas sexuales", propuso un día dedicado a estimular el placer sexual en su máxima expresión. Y así es como se instauró el día del orgasmo femenino.
La historia cuenta que Dantas instituyó en 2006 la celebración en su comunidad. En este día, los habitantes de la localidad deben hacer todo lo humanamente posible para que sus mujeres lleguen al orgasmo. La celebración se extendió países como Perú, España, Noruega, México y Argentina.
No podemos olvidar que el primero en sacar a la luz el orgasmo femenino abiertamente fue Sigmund Freud, aunque dijo que el orgasmo vaginal era el único orgasmo "completo" y que el clitoridiano refería a una inmadurez femenina con referencia a su niñez.
Más tarde su teoría fue desmentida por Masters y Jhonson, que indicaron que todos los orgasmos femeninos eran resultado de la estimulación del clítoris, que era éste la principal fuente de recepción placentera femenina y el único nervio que servía como plataforma orgásmica. Entre otra de sus notables aportaciones fue el hecho de que el placer sexual ocurre tanto en el cuerpo como en la mente. De ahí que se explique que una actitud negativa o reprimida hacia el sexo tenga una repercusión física directa tanto en hombres como en mujeres.
Según un estudio realizado por el Instituto Kinsey de Estados Unidos, solo un tercio de las mujeres en todo el mundo llegan al orgasmo a partir de prácticas sexuales, otro estudio de la Universidad de Columbia, en Nueva York, sugiriere que la razón por la que las mujeres fingen el orgasmo es para mantener la fidelidad de su hombre.
Todos hemos hablado alguna vez del orgasmo, hemos creado mitos a su alrededor y pensado siempre en disfrutarlo, pero ¿Por qué nos preocupamos? ¿Qué es el orgasmo?
Según científicos de la naturaleza sexual humana, el orgasmo es un breve episodio de liberación física del aumento previo de la tensión muscular, de la congestión sanguínea pélvica y de la sensación corporal de excitación, así como la percepción subjetiva de este clímax. Cada orgasmo depende de la intensidad, duración, grado de excitación, cansancio o tensión que se tenga. Por eso los expertos empiezan a publicar que la mayor amenaza para la satisfacción sexual, sobre todo, femenina podría ser social. En general, las mujeres con dificultades para conseguir un orgasmo presentan poca patología, son aquellas que no se masturbaron o lo hicieron con poca frecuencia, sin placer y, además, lo hacen con culpa por motivos innumerables.
El libro "The clitoral truth" de Chalker investiga cada aspecto del orgasmo femenino y la importancia del clítoris en ello. Señala que durante más de 2. 500 años se consideró al clítoris y al pene como iguales, debido a que el primero tiene de 6 a 8 mil terminaciones nerviosas, pero a partir del siglo XVIII este conocimiento fue reprimido y olvidado gradualmente.
La definición del clítoris se devaluó. De ser un sistema orgánico, extenso y maravilloso del cuerpo femenino se convirtió en una protuberancia del tamaño de un chícharo que, casi, no servía para nada y que además lo que provocaba era pecado. La autora cree que esto se debe a un modelo de sexualidad que pensaba única y exclusivamente en el varón.
Respecto al orgasmo ha habido distintas tendencias a lo largo de la historia. Fue hasta la década de los setenta cuando nos bombardearon con una gran cantidad de información.
Así fue que primero se impuso el orgasmo clitoriano, luego escuchamos hablar por vez primera del punto G, y luego se dijo que las mujeres podíamos ser multiorgásmicas, que también había orgasmo vaginal y que, como los hombres, las féminas también podían eyacular.
Eso ha provocado, hoy en día, que exista cierta tensión en torno al tema, pues las mujeres están más preocupadas por tener no uno, sino muchos y ellos por ser eyaculadores precoces o tener algún tipo de disfunción eréctil.
La sexualidad hay que disfrutarla con uno, dos, tres o ningún orgasmo, cuanto más libertad y confianza tengamos con nuestra pareja más fácil será el momento y disfrutaremos al máximo.
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