lunes, 27 de febrero de 2012

LA FELACIÓN TAMBIÉN ES COSA DE NUESTROS ANTEPASADOS

Hay ciertos comportamientos sexuales que solemos relacionar con la revolución y la liberación sexual. Sin embargo son prácticas que están normalizadas, nos atrevemos a decir, que incluso desde la existencia de nuestros antepasados prehistóricos.

Una de estos comportamientos eróticos, que incluso hoy en día sigue siendo tabú entre muchas personas, es la felación. Sin embargo, esta placentera práctica se realizaba incluso desde antes de que fuéramos “hombres”.Los homínidos de la familia de los chimpancés pigmeos, la utilizan dentro de sus relaciones sexuales, e incluso en su rutina diaria como saludo, agradecimiento, o forma de resolver conflictos.


También remontándonos al Antiguo Egipto, podemos encontrar a la felación entre la composición de sus leyendas. Cuenta el mito del dios Atum, el Dios Creador, que cuando creó el todo, se hizo una autofelación, retuvo su semen, y escupiéndolo creó al dios Shu, o dios del aire, y al dios Tephnut, o dios de la humedad.

En La Iliada griega también se hace referencia a este término. Por primera vez se introduce el vocablo “Lesbos”, para denominar a todas aquellas mujeres que realizaban la felación. De hecho la Grecia Clásica era famosa por la destreza y habilidad de sus mujeres a la hora de llevar a cabo esta técnica oral.

El Imperio Romano no se resistió tampoco al sexo oral. Marco Valerio Marcial, un importante poeta latino de la época, lo puso de manifiesto en muchas de sus obras. Sin embargo solo era aceptada la felación, el cunninlingus (sexo oral femenino) era considerado como sucio, y podía ser penado por la ley. En esta época se acuñó el término “felatrices”, que eran aquellas prostitutas, cuyos servicios se centraban en este especial trato y mimo oral al miembro masculino.

La felación existe incluso en tiempos y documentos que ni podrías imaginar… La Biblia, en los versículos que hablan de las ciudades Sodoma y Gomorra… ya hacía sutiles menciones a esta forma “pecaminosa” (según ellos) de practicar sexo sin tener como objetivo directo la procreación. Y en el libro sagrado de otra religión, el Corán, incluso llega a prohibir el sexo oral, sobre todo de la mujer al hombre.
Cleopatra fue una gran experta en la materia. Según la antigua reina egipcia, la felación escondía el secreto de su juventud y su vitalidad, por eso se llegó a decir de ella que era capaz de realizársela a más de cien soldados romanos en una noche.

Al otro lado del charco, en Perú, la milenaria comunidad indígena de los ”Moches” ha dejado patente en su patrimonio cultural, sobre todo en los dibujos presentes en sus cerámicas, que incluían la felación entre sus técnicas sexuales rutinarias.
Y más lejos aún… en Papúa Nueva Guinea, la felación, no sólo no es tabú, sino que es considerada como un acto necesario para que los jóvenes alcancen la madurez sexual.

En el lejano oriente, existe un grupo de mujeres taoístas, las Tigresas Blancas que elevan la felación a uno de los máximos exponentes del sexo. Estas mujeres tienen como objetivo mantener su juventud y conseguir la inmortalidad espiritual. Y su única manera de conseguirlo es a través del sexo. Se forman durante nueve años, y en tres de ellos, se dedican a seducir a hombres para practicarles felaciones. Según ellas, a través de este acto, absorben la energía sexual masculina. Además consiguen numerosos beneficios como mejorar la circulación sanguínea en el rostro, respirar por la nariz, o numerosos nutrientes y vitaminas presentes en el semen.

Como podéis comprobar existen infinidad de ejemplos que documentan que a lo largo de la historia, la felación ha estado presente. Los griegos, los romanos, los moches o las mujeres taoístas han hecho de ella un verdadero arte. Sin embargo otras culturas como la judeo cristiana, que la más presente en nuestra sociedad, la han tachado como sucia y perversa. Quizás por ello, actualmente continúa siendo un tabú instalado en nuestra sociedad.
Lo que está muy claro es que se trata de una técnica sexual muy placentera, con unas connotaciones psicológicas muy positivas, tanto para hombres como para mujeres, siempre y cuando se practique con el consentimiento de ambas partes. Con tabú o sin tabú, arraigada o no en nuestra cultura, la felación seguirá siendo una de las prácticas sexuales más deseadas por el sexo masculino hasta el fin de los tiempos.

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