¿Cuentos chinos? ¿Un mito? ¿Una leyenda? Son muchas las mujeres que aún no han podido comprobar su existencia, y es una pena que se pierdan una experiencia G. El Punto G es una realidad, existe, está ahí y no es tan difícil encontrarlo, solamente tienes que conocer las claves y seguir nuestros consejos, para encontrar el camino al paraíso.
¿Qué es y dónde está el Punto G? Qué alguien me lo explique
Has escuchado hablar de él una y mil veces, pero nadie te ha explicado qué es ni dónde está. Pues bien, el Punto G es una pequeña zona de la pared vaginal, situada en la parte anterior de la vagina, justo detrás del hueso del pubis,
y alrededor de la uretra. Justo en esta área genital se encuentran las glándulas de Skene y miles de terminaciones nerviosas que pueden provocar fuertes sensaciones de placer y orgasmos explosivos.
El punto G debe su nombre a Emst Graferberg, el famoso ginecólogo que lo descubrió a través de sus estudios. En 1981, los doctores John Perry y Beverly Whipple se encargaron de acuñar el término.
Cómo estimular el ansiado Punto G
Tiene el tamaño de una moneda pequeña y se encuentra a unos 5-8 cm de la entrada de la vagina. Por eso para estimularlo es totalmente necesaria la penetración. Hay muchas formas de llegar a él: Si es el miembro de tu pareja el encargado de estimular esta zona, hay que buscar una posición que favorezca el roce y la presión sobre este punto.
Los dedos son muy útiles a la hora de localizar y excitar el botón mágico. Son más direccionales, manejables y controlables que el miembro viril, y con ellos, tanto en la masturbación solitaria como en pareja, es muy sencillo ejercer la presión necesaria y tocar la zona precisa.
Durante su estimulación es necesario mantener el ritmo y presión necesarios para llegar al orgasmo. Por eso, algunos juguetes eróticos, como los dildos y los vibradores, son muy apropiados en la búsqueda del tesoro sensorial.
Juguetes y cosméticos eróticos que pueden ayudarse
Una vez que has encontrado el camino al placer, solamente te queda explotarlo al máximo. Para ello, te recomendamos que utilices, durante la masturbación o en tus relaciones de pareja, juguetes eróticos que potencien la estimulación de esta zona.
Existen una gran variedad de artículos de este tipo que están especialmente diseñados para la estimulación de esta zona. En concreto los dildos y vibradores son los que más te aconsejamos. Los consoladores con forma curvada (Como el Bifinger Punto G de Adrien Lastic) te permiten ejercer una mayor presión sobre el Punto G. Sin embargo, las ondas producidas por los vibradores consiguen penetrar en la piel y llegar a terminaciones nerviosas donde los dildos no llegan, consiguiendo de esta manera una bomba de placer (Semirealistic Fun Factory Vibrator).
Tanto si buscas el Punto G con un dildo como si lo haces con un vibrador, es importante que utilices un buen lubricante que convierta tus caricias en suaves pasos hacia el placer extremo.
Las mejores posturas para encontrar el Punto G
Las mejores posturas para llegar hasta él son aquellas que estimulan directamente la parte frontal de la vagina.
El tradicional misionero es una de las más sencillas y efectivas. “El perrito” es en teoría efectiva, aunque algo más fría, porque se pierde el contacto visual de la pareja. Lo mismo ocurre con “La cuchara”, aunque en ambas pueden utilizarse las manos de la pareja para estimular el clítoris al mismo tiempo.
Y existen muchas más opciones: si te sientas encima de tu chico, tanto en una silla, como con él tumbado en una superficie plana, podrás llegar hasta la zona G sin problemas, y tocarás el cielo si te inclinas ligeramente hacia detrás.
¿Tienes ya más claro el mapa del tesoro?
Con todas las indicaciones que te hemos dado no creemos que necesites un GPS para llegar al punto G. Recuerda que es importante que explores tu cuerpo, y sepas tú dónde está para poder indicárselo a tu pareja. Ten paciencia y emprende su búsqueda. Cuando lo encuentres... lo sabrás. ¡Y no te arrepentirás de haberle dedicado el tiempo necesario!
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