Hace poco tiempo os dimos pistas sobre lo que no debían hacer las mujeres antes, durante y tras el sexo. Hoy vamos a dedicar este espacio a lo que NO deben hacer los hombres. Las mujeres tienen una sexualidad compleja y ellos deben cuidar al máximo todos sus actos si quieren satisfacerlas y hacerlas felices sexualmente.
Normalmente las mujeres necesitan más tiempo, más mimos, más caricias… son más exigentes, sobre todo en los puntos que vamos a tratar a continuación.
- Higiene, el punto más básico
Ya hemos dicho n otras ocasiones que la higiene es un punto básico a tener en cuenta antes de desatar la pasión. El olfato juega un papel muy importante en el deseo sexual femenino, y si justo cuando vamos a intimar, ella nota ciertos olores que denotan “escasez de duchas”, probablemente su deseo salga a correr. En el hombre además hay que tener en cuenta otros aspectos, como por ejemplo el afeitado. Cuídalo si practicas sexo oral. Incluso la depilación es cada vez más apreciada como signo de higiene. - Preliminares, un inicio básico
Por regla general, el hombre, en cuanto tiene una erección firme, desea comenzar la penetración. Sin embargo, las mujeres difícilmente alcanzan el orgasmo si ésta es la única forma de estimulación. Ellas necesitan caricias, besos, mimos, crear un ambiente idóneo y un ratito de juegos antes de pasar a la acción. Si directamente vas al grano, probablemente ella no disfrute como a ellos les gustaría que lo hiciese. - Caricias y mimos, la gasolina que no puede faltar
A lo largo del acto sexual nunca hay que perder la complicidad. Es necesario ofrecer cariño, dulzura ternura, además de sexo salvaje y pasional. Aunque solamente sea una relación esporádica, la mujer necesita un mayor vínculo emocional para tener sexo satisfactorio. Si el chico en cuestión es brusco desde el principio, y no tiene en cuenta como pueda sentirse, probablemente ella acabe sintiéndose un objeto sexual sin más. - No tener en cuenta los deseos de ella
Las mujeres ya han aprendido a pedir lo que quieren, y a decir NO a lo que no quieren. Y es hora de que los hombres empiecen a cumplir sus deseos. Si una chica necesita sexo oral, dáselo. Si te pide que vayas más despacio, o más rápido… ¿Qué te cuesta tener en cuenta sus deseos? Si ella ve que él solamente se preocupa de su placer, sin tener en cuenta lo que ella sienta, la relación sexual será todo un fracaso. - No tener tacto con lo que se dice
El sexo es un momento muy íntimo entre dos personas. La desnudez y la cercanía pueden ser una encerrona para situaciones y frases incómodas de escuchar: por ejemplo todas aquellas relacionadas con el físico, con las crisis de pareja, con la falta de sentimientos fuera de la atracción física… Durante el sexo, no es el momento de hablar de este tipo de cosas. - Lenguaje soez
Decir cosas subidas de tono puede ser muy erótico, y para muchas personas supone un gran estímulo sexual. Sin embargo hay que estar muy seguro de los gustos de la pareja, porque no todo el mundo acepta que les llamen ciertas cosas. Así que antes de soltar alguna “perlita erótica” asegúrate de que la chica no se va a molestar porque se utilice ese lenguaje. - Brusquedad o agresividad
Ni un osito de peluche, ni un animal… un término medio siempre es el más adecuado. Hay tiempo para todo: para ser tierno y para sacar la fiera que llevas dentro. Dejaos llevar por la pasión de cada instante, y aumentad y reducid el ritmo según lo requiera la situación. De esa manera encontraréis el equilibrio. - Pasividad y exigencia
No puedes tirarte en la cama y esperar que ella lo haga todo. Y encima, pidiendo. Busca la manera de llevar la iniciativa, dale margen a que la lleve ella, intercambiad roles… Y nunca exijas. Pide, pero siempre con la libertad de que ella diga No, y que no pase absolutamente nada. - Pensar que está con una mojigata
La mujer ya no es pasiva y sumisa. Tiene mucha información. A veces más que los hombre, porque cada vez se interesan más por el sexo y por disfrutar de su sexualidad. Por eso, no es de buen recibo que los hombres vayan de “listillos” porque el poder masculino en al cama, ya pasó a la historia. - Cariño postcoital
Y para terminar, tras una larga sesión de sexo, un poquito de cariño no viene nunca mal. Hay que aprovechar la unión que se crea tras el coito.
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