Espontáneos y fugaces, cálidos y memorables. Así son los amores de verano, un soplo de aire fresco que llega siempre en el mejor momento para disfrutarlos. Tan románticos y tan especiales, probablemente recordarás todos y cada uno de los veranos en los que te enamoraste, con mucha más facilidad que cuando lo hiciste en invierno.
Muchas veces te habrá preguntado por qué es tan fácil enamorarse en verano, si casi siempre sale mal… Pues bien, hay varias respuestas posibles: los expertos médicos dicen que físicamente, el mayor tiempo de luz al día que disfrutamos hace que segreguemos más testosterona, la hormona del deseo sexual, y este aumento, puede llegar a cambiar notablemente todo nuestro comportamiento amoroso-sexual. El calor además hace llevar menos ropa, y sudar más, y eso hace que las feromonas floten en el ambiente.
Por otra parte, los psicólogos apuntan que es mucho más fácil estar pendientes del amor y del sexo en vacaciones, cuando nos olvidamos del estrés, de las obligaciones y salimos de la rutina.
Además viajar, da la oportunidad de conocer más gente. Y esta gente puede ser distinta a la que solemos frecuentar, algo que las hace mucho más atractivas.
En cuanto a la relación en sí, en vacaciones estamos más dispuestos a tener un romance fugaz, de “si te he visto no me acuerdo”. Nos gusta y estamos más dispuestos a tener relaciones sexuales sin más, porque sabemos que a esa persona no la vamos a encontrar de forma habitual a nuestra vuelta de vacaciones…
Todo en verano hace que estemos más dispuestos a enamorarnos, o a encapricharnos de alguien. Sin embargo, este tipo de relaciones tienen fecha de caducidad. Y es que cuando el verano termina, o las vacaciones se acotan, se suelen diluir en los recuerdos. Por eso hay que saber sobrellevar este tipo de relaciones y darle la importancia que tienen. Disfrutarlas sin esperar mucho… si luego llega más de lo esperado, ¡pues mucho mejor!
Ventajas de vivir un amor de verano
Los amores estivales suelen puros y verdaderos, porque nos dejamos llevar como las espuma del mar. Suelen ser amores sin promesas, sin preocupaciones y sin esperanzas. Cuando se viven uno no se plantea si seguir adelante o no seguir, o que pasará cuando se acabe el verano… simplemente se dejan llevar y se disfruta del momento, sin agobios por el futuro o por los planteamientos de compromiso o de construir una relación seria. El amor de verano se vive como el verano: corto, intenso, cálido, claro y fugaz.
Mucha gente tiene dificultades para relacionarse con el sexo opuesto. El hecho de salir de vacaciones a un lugar diferente, o relacionarse con personas que vienen de vacaciones a donde ellos viven, hace que tengan más probabilidades de desinhibirse y vivir su propia pasión. Además cuando lo consiguen, ganan en seguridad. Ver que en verano ligan y atraen a otras personas, hace que su ego aumente, y con él su seguridad y autoestima. Sin duda una inyección de moral que puede durar casi el resto del año.
El amor de verano relaja. Porque te hace olvidar la rutina diaria y vivir una realidad diferente, lejana a la habitual. Puede ayudarte a olvidar un ex y volver a confiar en el amor. Te hace despreocuparte del trabajo y hasta de los problemas familiares. Ni un Spa tiene la eficacia relajante de un romance de verano.
El romance estival también tiene sus peligros…
El verano se acaba y el amor en su versión más summer también finaliza. Si se vive con conciencia de lo que es, se puede volver a casa entera. Pero si te dejas llevar por la intensidad y la pasión, y tu amor no sobrevive al verano, puedes volver a casa hecha añicos.
Igual de sencillo que es encontrar tu amante veraniego, lo es que puedas enamorarte de él. El hecho de que viváis esta historia totalmente desinhibidos y en un ambiente divertido y agradable os puede llevar a confundir las cosas. Normalmente cuando vivimos una historia así, mostramos y demostramos las cosas mucho más rápido y de forma más intensa de lo que viene siendo habitual en nosotros. Sin embargo eso no quiere decir obligatoriamente que esa sea la persona de tu vida o la que más te haya demostrado. Lo que suele suceder es que cuando volvemos a nuestro entorno, no s acomodamos. Nada es tan divertido, no tenemos tanto tiempo, y además esa persona vuelve a su vida y tiene que mostrar su faceta más rutinaria (al igual que tú). Ya no sois lo único, lo más excitante, lo más importante el uno del otro: ahora está el trabajo, al familia, los amigos… y nada es igual.
Si os habéis enamorado realmente, podéis llegar muy lejos una vez superado el otoño. Sin embargo, si todo era fruto de la época más cálida del año, puedes llevarte una gran decepción. No sufras, los amores de verano son así.
Consejos para no sufrir con un summer love
- Vive intensamente, pero recuerda que nada es para siempre.
- Acepta que lo que surge en vacaciones, puede terminar con las vacaciones.
- Disfruta a tope, y sin miedo. Tienes derecho a vivirlo aunque vaya a terminarse.
- Recuerda lo bueno y nunca olvides las buenas sensaciones que te dejó.
- Espera lo inesperado. ¿Quién sabe? No tiene por qué terminar. Si es el amor de tu vida, el destino os guiará.
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