Hoy proliferan como setas. Online, en tienda física, se han convertido en un negocio de moda en estos tiempos de crisis. Sin embargo no siempre han sido tan bien vistos, y además se han topado con innumerables barreras sociológicas difíciles de superar. No obstante los tiempos han ido evolucionando y hoy en día podemos decir con satisfacción que la gente entra en ellos con casi total normalidad.
Además, de la evolución de los sex shop y de la liberación sexual de la mujer nacieron también los tuppersex , una especie de “sex shop a domicilio” que también ha evolucionado hasta convertirse en un modelo de venta de artículos eróticos con el valor añadido de la oferta de información de índole sexual durante su desarrollo.
Como alma mater de este tipo de conceptos podemos tener en cuenta a la revolucionaria Beate Uhse.
Beate Uhse, una revolucionaria sexual.
Lo que resulta más curioso a todo aquel que descubre quién invento los sex shops es que la responsable de semejante invento sea una mujer. Una moderna y valiente joven llamada Beate Ushe.
La alemana Beate Uhse nació allá por el año 1919 (que se dice pronto) en la localidad alemana de Ostpreussen. Nació con el don de aquellos que deciden emprender y revolucionar la sociedad. Desde su nacimiento se esforzó por cambiar el rumbo de la historia, y al menos en materia de sexualidad se puede decir que lo consiguió.
Tenía unas ideas mucho más avanzadas que las de la sociedad donde vivía. Su familia era una familia convencional, de personas dedicadas al campo, pero ella no se conformaba con su destino campesino, y se empeñó en convertirse en piloto de aviones. No paró hasta que lo consiguió, con lo que suponía en la época que una mujer pilotara un avión.
Pero su espíritu emprendedor y revolucionario no quedó en “volar” en sus aviones. En 1939 se casó con un compañero piloto, Hans Uhse, del que tomó el apellido con el que se la conoce. Tras su matrimonio consiguió consolidarse como piloto y trabajar en la fábrica de aviones. Pero además su capacidad para volar la salvó a ella y a su familia de las garras de la Segunda Guerra Mundial.
En un avión precisamente escapó ella con su hijo hacia un pueblo danés. Sin embargo su marido no corrió la misma suerte y murió en uno de los bombardeos. Beate se quedaba viuda y al cargo de su pequeño, a la edad de veinticinco años. Fue entonces cuando supo que debía buscar nuevas vías para salir adelante y encauzar su vida.
Desde aquellos entonces Beate tuvo que refugiarse en una graja, junto a otras familias refugiadas de la guerra. Eran malos tiempos y había una gran hambruna. Por eso, las mujeres intentaban no tener hijos, sin embargo, los métodos anticonceptivos aun no estaban avanzados ni generalizados en la sociedad. Fue esta causa la que hizo que Beate escribiera un folleto informando sobre el método natural de control de natalidad “Ogino-Kanus” o como nosotros los conocemos “Método Ogino”. Ahí hablaba del ciclo menstrual, el control de la ovulación y medidas de higiene íntima. Este folleto, supuso un revulsivo en la comunidad de refugiados, y en la vida de muchas mujeres que pudieron empezar a controlar la natalidad sin muchos medios. Ese fue el principio de una actividad profesional íntegramente dedicada a la sexualidad.
Eso la empuja, aproximadamente en el año 1947 a vender a través de correo productos encaminados a la protección anticonceptiva y a la higiene íntima de la pareja, sobre todo de la mujer. En muy poco tiempo, tan solo cinco años, consiguió agrupar más de 30 referencias en un catálogo que se extendía hasta las 32 páginas, y fundó la empresa “Beate Uhse AG”.
De esa manera y sin casi darse cuenta fundó el primer sex shop de la historia. Primero vendió por catálogo, hasta que en 1962 inauguró una tienda en la ciudad de Flensburgo. Desde entonces, su carrera fue imparable. Ya por la década de los sesenta, Uhse facturaba el equivalente a cinco millones de euros anuales. Fue una luchadora que no cesó en la defensa de la libertad sexual. Se enfrentó a más de tres mil juicios porque su actividad se encontraba en el límite de la legalidad. Sin embargo ella continuó y siguió creciendo.
Tras la caída del muro de Berlín, consiguió convertirse en la tienda erótica de referencia. En 1960 con más de sesenta millones de facturación, pasó a cotizar en bolsa.
Hoy en día, Beate Uhse ya no vive. Murió a los 81 años de edad, tras una grave afección pulmonar. Sin embargo su legado empresarial sobrevivió a su propia fundadora, y actualmente da de comer a más de 650 familias.
Beate Uhse fue una mujer que luchó por conseguir sus sueños, y que se convirtió en la pionera de la industria erótica.
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