martes, 15 de enero de 2013

Sexo Maduro

La vida se confiere en varias etapas, y no todas sientan de la misma manera. Todos adoran la juventud, e incluso se sienten cómodos en la edad adulta. Sin embargo, conforme van sumando años, el miedo a envejecer aparece. La tercera edad, la vejez, ser ancianos… es algo que no gusta a todo el mundo. Sin embargo, la que algunos llaman “edad de oro” puede ser una etapa preciosa y maravillosa, incluso para tu vida sexual. Todo depende del prisma con el que se miren las cosas.
A pesar de que la edad madura no es la más apreciada por todos, reúne ciertos factores positivos para la vida, como por ejemplo la experiencia. Y esa experiencia es un bien muy valioso, sobre todo en campos vitales como el sexual.

Cuando aprovechamos la experiencia en positivo, conseguimos de forma más sencilla nuestros objetivos. Si se vive esta etapa con realismo, pero con entusiasmo e ilusión, las sensaciones y las emociones pueden ser mucho más gratificantes que en cualquier otro momento de nuestras vidas.
En cuanto a la sexualidad, hay que reconocer que las capacidades sexuales merman, pero no desaparecen. Por eso, siendo conscientes de las limitaciones propias de la edad, con una actitud positiva y despojándose de tabúes, es una edad perfecta para disfrutar de la sexualidad con toda la experiencia acumulada a lo largo de la vida.

La Edad Del Declive.

La necesidad sexual sigue presente en esta etapa de la vida, sin embargo el cuerpo empieza a acusar signos de la edad, y es entonces cuando el deseo se resiente. No llega a desaparecer, pero cuesta mucho aceptar un nuevo cuerpo, con sus cambios, y también cuesta aceptar las nuevas limitaciones.
Además, la madurez personal implica también una vida más complicada, mayores responsabilidades, hijos, nietos, cambios en la economía familiar… y con tantas dificultades es difícil que las relaciones no se resientan. Además vivimos en una sociedad en la que la juventud es un “divino tesoro” y parece que más allá no existe nada, y mucho menos el sexo. La sexualidad se rodea de tabúes cuando el que la vive sobrepasa cierta edad.

Cambios físicos y psicológicos en el hombre.

A partir de los 65 años se empieza a dejar de considerar la etapa adulta para pasar a denominarse vejez o tercera edad. Sin embargo, los cambios físicos empiezan mucho antes. Dicen que un hombre alcanza su máximo apogeo físico entre los 30-35 años de edad, y que a partir de ahí, comienza la cuesta abajo. Pero no es realmente hasta pasados los 45 años (por norma habitual) cuando la sexualidad comienza a resentirse por culpa de los años.
En el hombre, el primer cambio que se aprecia es en el orgasmo. Éste comienza a disminuir de duración, y muchos acusan que incluso lo hace de intensidad. Se hace más difícil de conseguir, y para volver a intentarlo se necesita un mayor tiempo de recuperación.
Además empiezan a aparecer los primeros problemas de erección. A veces esta no responde al deseo, o disminuye en medio de una relación sexual, a pesar de no disminuir el nivel de estimulación. La eyaculación precoz también hace acto de presencia, y junto al resto de problemas de respuesta sexual, afectan a más del 35% de los hombres de avanzada edad.
Con esto problemas comienzan las inseguridades y bajadas de autoestima, y casi siempre relacionadas con todo esto, la pérdida de deseo sexual.

Cambios físicos y psicológicos en las mujeres.

En la mujer los grandes cambios llegan mucho antes, desde que se inicia el climaterio hasta que se define la menopausia, pasa por una serie de cambios físicos y psicológicos que afectan de forma importante a la sexualidad.
La falta de estrógenos comienza a hacerse presente en el estado de la vagina. Ésta se vuelve menos elástica y más seca, ya que se pierde parte de la capacidad de lubricar de forma natural. Los orgasmos empiezan a sentirse de forma mucho menos intensa, ya que el útero suele estar mucho más descolgado y menos tenso que en la juventud, y las contracciones orgásmicas pierden fuerza. Además de las incomodidades causadas por todo esto, los cambios hormonales influyen de forma muy negativa sobre el deseo sexual femenino.

La tercera edad, no es la tumba de la vida sexual.

Hay estudios que confirman que más del 60% de la población sigue manteniendo una vida sexual activa más allá de los 65 años. Está claro que la frecuencia disminuye, e incluso la intensidad. Pero seguir activos sexualmente reporta muchos beneficios, por eso es importante potenciar la sexualidad de nuestros mayores, para que nunca dejen de disfrutarla.
El sexo ayuda a seguir manteniendo un estado de salud bueno. Ejercita los músculos y ayuda a estar en forma, mejora el sistema inmunitario y protege de las enfermedades, ayuda a tener una actitud positiva ante la vida, y es un excelente analgésico contra los dolores que provienen de los achaques propios de la edad.
Ayuda a liberar endorfinas, la hormona del bienestar, y por tanto es una medicina clave llegados a cierta edad, para conseguir la plenitud tan ansiada, a la que muchos llaman felicidad.

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