Si existe un protagonista innecesario e impertinente en muchas relaciones, son los celos. Es el tercero en discordia de muchas parejas que no acaban de confiar por completo el uno en el otro. A veces los provoca la autoestima, a veces la falta de comunicación, y otra vez la provocación premeditada de aquellos que los utilizan para manejar emocionalmente a sus parejas.
Lo celos son un sentimiento de miedo que llega a provocar un estado de ansiedad en un miembro de la pareja que tiene miedo a perder al otro, sobre todo a que se marche o le deje por otra persona. Primitivamente el ser humano piensa que la pareja le pertenece. Ese sentimiento es además más acusado dependiendo de la cultura o religión profesada.
Los occidentales por regla general, pensamos que la pareja es de “nuestra propiedad”. Ese sentido de posesión se agrava cuando vemos merodear a una persona que parece que flirtea o pretende conseguir una actitud sensual o sexual determinada.
En lo sexual, cuando aparecen los celos, el celoso o la celosa sienten que tocan algo que es suyo, y que peligra su posesión. En cuanto a lo sentimental, los celos son síntoma de desconfianza, y quizás falta de comunicación en la pareja. De una manera o de otra, nunca son positivos, por más que muchos digan que “el que no siente celos es porque no siente lo suficiente”.
Los psicólogos ven los celos como un comportamiento patológico. De hecho, relacionan los orígenes de este sentimiento como situaciones neuróticas o comportamientos psicopáticos.
¿Son los celos señal o medida de amor?
¡Para nada! Los celos, como ya has visto que dicen los psicólogos, son una enfermedad. Poseer a una persona, sentirse su dueño no es sano, y mucho menos es amor. De hecho, eso de que los más celosos son los que más sienten o los que más enamorados están no es exactamente así. De hecho las personas celosas suelen ser personas con problemas de autoestima o de egocentrismo. El celoso se cree el centro del universo, por eso su pareja es suya y solamente suya, y no permite que nadie se acerque a ella. Cuando el problema es de autoestima, la confianza hace su aparición. En este caso, la persona celosa suele sentirse inferior al resto, y por eso, tiene miedo a perder a su pareja porque aparezca alguien mejor. Toda aquella persona que ronda cerca de su pareja, se presenta como una “amenaza para su relación”. Estos celos son los más enfermizos, porque realmente la persona que los siente vive en un sin vivir, pendiente de todo y de todos para intentar no dejar escapar a su pareja.
¿Pueden llegar a ser peligrosos los celos?
Claro que sí. Al ser un sentimiento psicológicamente anormal y enfermizo, las personas que los sienten pueden llegar a tener comportamientos peligrosos y ejercer una influencia muy negativa sobre las rutinas y las acciones de su pareja.
La persona celosa controla todo lo que hace su pareja. Vigila el móvil, a veces le sigue por la calle, pregunta que hace a todas horas. No le gusta que se relaciones con personas del sexo opuesto. No soporta que tenga compañeros o compañeras de trabajo del sexo opuesto, ni entiende que esas personas puedan llegar a tener una amistad y nada más.
El problema de esta actitud es que acaban desestabilizando la vida de la otra persona. Si el celoso o la celosa dan con otra persona de autoestima débil, puede ir haciéndola cada vez más pequeñita, hasta que prácticamente anulan su personalidad.
Celos y malos tratos.
Como todo el mundo sabe, los celos son el origen de muchos de los casos graves de malos tratos. Cuando la situación se descontrola, el celoso compulsivo puede llegar a convertirse en un maltratador potencial o de hecho. Los crímenes pasionales, suelen tener su raíz en historias de celos, en separaciones no aceptadas, sobre todo cuando existe una tercera persona.
Por eso es muy importante saber poner límites a la persona celosa, y reconocer a aquella cuyos celos superan lo “aceptable”, y nunca soportar situaciones desmedidas.
No te dejes nunca llevar por una relación en la que los celos marcan la tónica general. Lucha contra ellos, e intenta que tu relación se base en la confianza y la comunicación.
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