Cuando hablamos de inteligencia, lo primero que nos viene a la cabeza es el concepto de inteligencia asociada a todo tipo de conocimientos, medida por el coeficiente intelectual. Sin embargo, la inteligencia como tal tiene muchas facetas, y no todas están asociadas a conocimientos como las matemáticas o el lenguaje. Existen otro tipo de inteligencias, como la inteligencia emocional o la inteligencia sexual.
Este último concepto, el de inteligencia sexual, aún no es muy conocido, aunque cada vez toma más relevancia.
¿Qué es la Inteligencia Sexual?
Este concepto, fue introducido en nuestro panorama por Sheree Conrad y Michael Milburn. Estos dos psicólogos estadounidenses, que trabajan como investigadores en la Universidad de Massachusett, publicaron un libro bajo ese título, en el que hablaban sobre este concepto, que como cada tipo de inteligencia aplicada a su campo, la Inteligencia Sexual no es otra cosa que la capacidad de llevar una vida sexual satisfactoria.
En este libro, ambos estudiosos afirman que uno de los principales problemas que reflejan la falta de inteligencia sexual es que son muchas las personas que tienen problemas sexuales y no lo reconocen. El no saber comunicar estos problemas es un síntoma de falta de inteligencia sexual a la hora de resolverlo. Son muchos los que al no comunicar o admitir las dificultades que atraviesan en el ámbito sexual, no encuentras solución para ellas.
Según los autores de “Inteligencia Sexual”, a pesar de la libertad sexual de la que disfrutamos en nuestra sociedad actual, y la superación de muchos tabúes, seguimos sin hablar de sexo claramente, sin enfrentarnos a nuestra pareja cuando tenemos un problema sexual e incluso sin atender a nuestros propios deseos y necesidades.
Y no hablaban desde el desconocimiento. Antes de escribir su libro realizaron un estudio sobre las apetencias sexuales y deseos de más de 500 personas. A través de las respuestas de estos participantes, Conrad y Milburn sacaron sus propias conclusiones y volcaron los resultados de su estudio en ese libro.
Entre las preguntas que hacían a los participantes de su estudio, había las suficientes para poder medir su satisfacción sexual.
¿Cómo se Mide la Inteligencia Sexual?
Pues está claro que sería un parámetro proporcional al nivel de satisfacción sexual. Por eso, para medirla es necesario saber, hasta qué punto el individuo sabe identificar qué tipo de cosas le proporcionan mayor satisfacción sexual, por ejemplo. También es muestra de inteligencia sexual el nivel de diálogo en la pareja, en cuanto a cuestión de sexo. Y si la persona en cuestión sabe qué es lo que le gusta en el sexo y además lo ha hablado con su pareja, superar las inhibiciones que le impiden conseguirlo para mejorar su vida sexual es el último paso que debe dar para demostrar su inteligencia sexual.
¿Se Puede Potenciar la Inteligencia Sexual?
Como en otros ámbitos de la vida, todos tenemos una parte de inteligencia innata y otra que podemos desarrollar. En el caso de la Inteligencia Sexual, ésta puede aprenderse. Cualquier persona puede interiorizar los conocimientos precisos en cuanto a sexualidad. Nadie nace sabiendo. Sin embargo, si sumamos a nuestros instintos técnicas y conocimientos adquiridos, podemos ser realmente unos expertos.
Otra de las maneras de aumentar nuestra inteligencia sexual es aprender a conocernos a nosotros mismos y conocer nuestra sexualidad. Esto implica conocer nuestros deseos, conocer y explorar nuestro cuerpo y descubrir cómo saciarlos según seamos. Saber qué tipo de acciones, personas o técnicas nos excitan más puede ayudar enormemente a alcanzar la satisfacción sexual.
Otro punto importante a la hora de desarrollar la inteligencia sexual es conocer la personalidad sexual de nuestro compañero. Sus gustos, sus apetencias, sus deseos. Es una parte necesaria, porque el sexo es cosa de dos (o de más personas). Si conocemos perfectamente a nuestro amante será más sencillo satisfacerles sexualmente y que esa persona nos satisfaga a nosotros.
Los Juguetes Eróticos y la Inteligencia Sexual
Cualquier tipo de juguete o accesorio sexual con el que nos encontremos cómodos, o nos haga mejorar nuestra vida sexual, es una buena opción para potenciar y desarrollar nuestra inteligencia sexual. Los juguetes y productos eróticos ayudan a descubrir nuevos placeres, formas de excitación y nuevas salidas a muchas vidas sexualmente rutinarias. Por eso son una opción muy válida para desarrollar la llamada inteligencia sexual y para encontrar la satisfacción sexual.
La Inteligencia Sexual por lo tanto se resume en unos puntos básicos que todos deberíamos tener en cuenta: por un lado es necesario adquirir los conocimientos suficientes, precisos y vitales sobre la sexualidad. Sin conocerla es difícil disfrutarla. Por otro lado descubrir nuestro propio sexo y nuestra sexualidad también es básico. Solo sabiendo quién somos, podemos saber a dónde vamos. Y por último, ser inteligente sexualmente también tiene que ver con la capacidad de saber lo que queremos y saber comunicárselo a nuestra pareja.
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