Muchos de los problemas del aparato reproductor masculino y del aparato urinario, ambos relacionados, se solucionarían con visitas periódicas al urólogo. Sin embargo, parece que el grado de concienciación que tienen las mujeres con sus visitas rutinarias al ginecólogo aun no ha enraizado en la comunicad masculina.
La cultura, los tabúes y la superioridad masculina, les ha hecho creer que no necesitan médicos que controlen su “masculinidad”. Sin embargo muchas disfunciones sexuales nacen por problemas físicos o patológicos que podrían prevenirse con visitas y controles rutinarios del urólogo.
Esta aversión al urólogo hace que muchos hombres alarguen un problema de disfunción más de lo necesario, o que no atiendan patologías oncológicas, que pueden resultar con la muerte. Antes poco se podía hacer cuando se detectaba un cáncer de próstata, de testículo de vejiga… poco se podía hacer. Sin embargo hoy aparecen antes, pero si se acude al médico a tiempo, el pronóstico puede ser más que favorable.
Por eso es muy importante que los hombres conozcan el tipo de enfermedades que pueden afectar a su aparato reproductor para que le presten la atención médica necesaria que favorezca la prevención de dichas patologías, y eviten así que aparezcan.
¿Qué pasa con la próstata?
El cáncer de próstata es uno de los más comunes entre los hombres. Según las estadísticas médicas, quizás sea el segundo más común tras el cáncer de pulmón. Además su incidencia suele aumentar de forma importante a partir de los 40 años. A partir de esa edad es importante estar pendiente de los posibles síntomas y acudir al urólogo con regularidad o ante el menor síntoma presente.
Los síntomas que acusan problemas con la próstata pueden ir desde dificultades a la hora de orinar, necesidad de orinar recurrente, dolor o dificultad en la micción, o incluso falta de control de los esfínteres urinarios.
Los exámenes o revisiones de próstata se hacen a través de un tacto rectal, hecho de los que más incomodan al hombre a la hora de acudir a la consulta. El urólogo palpa el estado de la próstata introduciendo un dedo por el ano con el que comprueba el tamaño y la forma de la glándula, valorando si es normal o no. Si no lo fuera, se añaden exámenes radiológicos como una ecografía o exámenes de laboratorio, como una biopsia.
Infecciones de orina, otro peligro.
Las infecciones de orina no suelen ser atendidas tampoco como se merecen. A veces no pasan de unas simples molestias a la hora de orinar. Sin embargo, una infección de orina recurrente o grave por el grado de infección, puede llegar a afectar al riñón u a otros órganos del aparato reproductor o del aparato excretor. Además, una infección de orina puede ser en algunos casos síntoma de una Enfermedad de Transmisión Sexual, como la sífilis o la gonorrea.
La disfunción eréctil, a consulta con el urólogo.
La disfunción eréctil es la incapacidad de conseguir o mantener una erección lo suficientemente firme como para practicar la penetración durante las relaciones sexuales. Se trata de un funcionamiento anormal del miembro viril, que muchas veces tiene su origen en un problema anatómico, físico o patológico. A veces está asociado a enfermedades como la diabetes, problemas cardiovasculares, o malformaciones en el aparato reproductor. Incluso los niveles de colesterol en sangre pueden afectar a la buena respuesta sexual masculina. Por eso, la disfunción eréctil puede estar asociada de forma frecuente a personas con diabetes, obesidad o problemas de tensión o vasculares. Los problemas psicológicos y el consumo excesivo de sustancias como el alcohol o el tabaco, también pasan factura en este sentido. Por eso en el caso de la disfunción eréctil, acudir al urólogo no solo es bueno para poner fin al problema sexual, sino que también puede servir para descubrir enfermedades en el paciente que aún no están diagnosticadas.
La eyaculación precoz, a consulta con el urólogo.
La eyaculación precoz es otro de los problemas sexuales más comunes. Hasta ocho de cada diez hombres la han padecido de forma crónica o esporádica durante alguna etapa de su vida. Se trata de un trastorno en el control de la excitación sexual, que acelera de forma involuntaria el orgasmo masculino.
La mayoría de las veces la eyaculación precoz tiene un origen psicológico, y suele estar motivada por complejos, nerviosismo o ansiedad entre otros factores. Sin embargo, el urólogo también puede detectar otra serie de problemas físicos que la propicien. Por ejemplo un exceso de sensibilidad en el glande que provoque un aumento desproporcionado de la excitación sexual.
El urólogo es la persona más indicada para proponer una terapia o tratamiento que ayude a controlar esta disfunción sexual.
Si no conseguís el embarazo, acude al urólogo.
Muchos de los casos de infertilidad en la pareja son responsabilidad de la parte masculina. El estilo de vida que llevamos actualmente ha propiciado un aumento de infertilidad masculina. Muchos hombres presentan una baja calidad de su esperma, por bajo conteo de espermatozoides, o por baja movilidad de los mismos. Otras veces son causados por varices en los testículos, que pueden ser corregidas con cirugía correctiva. De cualquier manera, si tienes problemas de fertilidad, el urólogo es el especialista que debes visitar.
Para prevenir el cáncer, visita al urólogo.
Como ya hemos dicho, el cáncer de próstata es de los más comunes entre los hombres. Los tumores testiculares, o incluso el cáncer de vejiga son también tumores que puede detectar y prevenir el urólogo. A veces, las visitas rutinarias al mismo pueden detectar un cáncer en estadio temprano, y gracias a ella aumentar la esperanza de vida del paciente.
Por eso, pierde el miedo al urólogo y acude con regularidad. Tu salud sexual te lo agradecerá.
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