Seguimos con el mundo BDSM, dando ideas para aquellos que necesitan salir de la rutina y cambiar su forma de ver el sexo. Eso sí, antes de seguir recordamos que el BDSM son prácticas no convencionales, a veces extremas, y que solo debes llevarlas a cabo si realmente te excitan y disfrutas con ello. No tendría sentido hacer determinadas cosas si solo provocasen sufrimiento. Por eso, valora antes hasta donde estás dispuesto a llegar. Si finalmente te decides a practicar técnicas BDSM, consénsualo con tu pareja y establecer límites. Dicho esto, seguimos con nuestras propuestas en forma de diccionario de técnicas y conceptos BDSM.
¿Quieres un criado?
Es una forma de llamar al “servicio” al sumiso, al esclavo. Es una práctica bastante común entre parejas que practican el BDSM. Entre dominante y sumiso se establece un contrato mediante el cual, el sumiso está obligado a atender a ciertas tareas mientras dure esa relación, ya sea esporádica o 24/7 (permanente, 24 horas, 7 días). Normalmente el sumiso, abre la puerta, lava la ropa, sirve a su amo, cocina, etc.
Vístete de cuero…
El cuero es otro de los grandes símbolos del BDSM. Las prendas y complementos fabricados en este material animal son un fetiche básico para esta subcultura. Vestirse de cuero ya es considerado como sexy, gamberro, canalla. Incluso se ha generado una forma de vestir cuero de forma integral para practicar sexo. De los pies a la cabeza, con botas, chalecos e incluso ceñidos vestidos o mallas.
Disciplina y más disciplina.
Es una de las partes del BDSM. Son actividades de sadomasoquismo, las que aplica el dominante al sumiso. La disciplina es el castigo aplicado, la humillación, la obligación de obedecer. Y dentro de las disciplinas existen corrientes. Por ejemplo la disciplina conocida como “pettitcoat”, que consiste en que los sumisos sean castigados haciéndoles representar a las mujeres.
Duele… pero me gusta.
El dolor es una señal de peligro. Por eso hay quien encuentra en él mucho placer. También la adrenalina segregada ante la sensación de peligro, que llega a ser incluso adictiva. Lo desagradable, en el BDSM se vuelve erótico y muy, pero que muy excitante.
Dominatriz profesional.
Una dominatriz es una mujer dominante. Normalmente son mujeres heterosexuales que disfrutan dominando a un sumiso, aunque también las hay homosexuales. Muchas veces estas amas se dedican a ello de forma profesional. También se les llama dómina, dominatrix o femme dominante.
Enemas eróticos y profundos.
En la práctica BDSM se suelen realizar enemas o lavados intestinales para limpiar el ano de materia fecal y hacer que la penetración anal sea más limpia. Algunos además de hacerlo para prepararse antes de realizar técnicas como el fisting, encuentran placer en la entrada y salida del enema. Otras personas, como los “escato”, no hacen enemas, porque precisamente encuentran placer en las heces humanas.
Fag Hag, la amiga de los gays.
Una Fag Hag es una mujer que centra su actividad erótica en llevarlas a cabo con hombres gay. La antítesis de las Fag Hag son los Dyke Daddy, que son hombres a los que les gusta tener relaciones entre mujeres lesbianas.
Fisting o Fist-fucking.
Se trata de una práctica de la que ya hemos hablado en otras ocasiones: Introducir el puño, y en ocasiones parte del brazo, dentro del ano o la vagina. Se hace con lubricación, y con mucho cuidado. Es algo para practicantes de BDSM avanzado. También se le puede llamar handballing.
Floggers y gatos.
Los gatos son látigos para flagelar. Los hay de cuero, y planos (Floggers) o trenzados. Intentan conseguir una sensación de masaje. Es duro, aunque menos que cualquier otra práctica con látigos punzantes u objetos cortantes.
Los grilletes y el metal.
Cuando las ataduras no son suficientes para que que ata, y quiere algo más duro, se utilizan grilletes. Suelen ser metálicos y se ponen en los pies para inmovilizar de cintura para abajo, y a veces, según la posición en que se coloquen, para mantener las piernas abiertas.
Humillación como parte del castigo.
Avergonzar al sumiso, someterle a vejaciones o degradarlo como persona, pueden ser parte del juego. A los esclavos se les humillas tratándoles como animales, exponiéndolo al ridículo, etc. Es BDSM cuando el sumiso disfruta siendo sometido a esta situación.
Podríamos proponerte un sinfín de acciones más. El BDSM no tiene límites. Los límites los ponéis vosotros y vuestra disposición a hacer según qué cosas. No olvidéis tomar precauciones y establecer la palabra clave.
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